MURER – ANATOMÍA DE UN JUICIO reconstruye, basándose en documentos originales, el proceso que tuvo lugar en Graz en 1963 contra Franz Murer, un rico granjero austriaco de excelente reputación. Este respetado político local y padre de familia estuvo a cargo del gueto de Vilnius de 1941 a 1943, donde sus residentes lo llamaban el “Carnicero de Vilnius”. Sólo 600 de los 80.000 judíos que originalmente vivían allí sobrevivieron al dominio nazi. Los supervivientes vinieron de todo el mundo para testificar en el juicio, lo que dejó pocas dudas sobre la culpabilidad de Murer. Esto resultó en uno de los escándalos más graves de la Segunda República de Austria, del que fueron responsables el sistema judicial, la prensa y la política gubernamental. En una era de nacionalismo en aumento y de menos reservas frente a ideologías que supuestamente fueron derrotadas hace mucho tiempo, el caso Murer es deprimentemente actual. La película muestra el poco peso que tienen la verdad y la justicia cuando compiten con los intereses del poder político.
Fue hasta 1963, tras la intervención legal de Simon Wiesenthal, que Franz Murer fue juzgado. Supervivientes del Holocausto viajaron a Austria para testificar y hacer justicia.
MURER – ANATOMÍA DE UN JUICIO reconstruye, basándose en documentos originales, el proceso que tuvo lugar en Graz en 1963 contra Franz Murer, un rico granjero austriaco de excelente reputación. Este respetado político local y padre de familia estuvo a cargo del gueto de Vilnius de 1941 a 1943, donde sus residentes lo llamaban el “Carnicero de Vilnius”. Sólo 600 de los 80.000 judíos que originalmente vivían allí sobrevivieron al dominio nazi. Los supervivientes vinieron de todo el mundo para testificar en el juicio, lo que dejó pocas dudas sobre la culpabilidad de Murer. Esto resultó en uno de los escándalos más graves de la Segunda República de Austria, del que fueron responsables el sistema judicial, la prensa y la política gubernamental. En una era de nacionalismo en aumento y de menos reservas frente a ideologías que supuestamente fueron derrotadas hace mucho tiempo, el caso Murer es deprimentemente actual. La película muestra el poco peso que tienen la verdad y la justicia cuando compiten con los intereses del poder político.
Fue hasta 1963, tras la intervención legal de Simon Wiesenthal, que Franz Murer fue juzgado. Supervivientes del Holocausto viajaron a Austria para testificar y hacer justicia.